La aventura empezó en twitch. Probablemente no sepas qué es twitch y, si te suena, puede que pienses que es ese sitio que usan los chavales para jugar a videojuegos. Y en parte, tendrás razón. Yo misma pensaba eso antes de conocer la plataforma, que básicamente es una herramienta para hacer directos en los que puedes hablar con tu audiencia por medio de un chat. Digamos que es como la tele con la diferencia de que puedes comunicarte con la persona que está al otro lado de la pantalla en tiempo real y que te responda. La tele 2.0. Puedes asomarte a cotillear mi canal aquí.

Y te preguntarás cómo acaba una profesora de inglés en twitch. Pues te lo cuento. Un famoso cómico español empezó a hacer directos en esta plataforma allá por octubre o noviembre de 2020, tiempos de bastante aislamiento social por todo lo que estaba pasando. Así que, siguiendo a ese cómico que estaba igual de perdido que la gran mayoría de los que estábamos en el chat, descubrí que en twitch, a parte de chavales jugando a videojuegos, había músicos tocando en directo, científicos divulgando ciencia, personas creando programas de entretenimiento y, bueno, gente haciendo otras cosas más peculiares. Así que poco a poco fui aprendiendo cómo funcionan este tipo de plataformas hasta que en algún momento, no recuerdo exactamente cuándo, se me encendió la bombilla y empecé a hacer directos. Y no fue una decisión fácil porque, aunque debería estar más que acostumbrada a tratar con personas, mi timidez siempre está ahí. Por suerte, di con personas dentro de la plataforma que me animaron a crear el canal y no tendré vida suficiente para agradecérselo.